La naturalidad de ser mujeres, profesionales y “Madres”
Combinar las múltiples facetas de aquellas que elijen maternar y de la mano del humor sacar de debajo de la alfombra aquellas cuestiones que no las hacen tan felices, aquellos lados B que muchas han callado y callan. De eso se trata “Madres”, la comedia del verano.
“Estoy escribiéndole a mi hija a ver qué está haciendo”. “Termina el ensayo y la llevo a la plaza”. “Hay un montón de cosas para hacer en Mar del Plata, ya nos pasamos datos”.
Vivir como actrices, vivir como mujeres, vivir como MADRES. Para Sabrina Garciarena (Dani), Luly Drozdek (Maru), Flor Otero(Nina) y Viviana Puerta (Barbi), es el día a día. “Ponernos fluidas con lo que venía pasando nos enriqueció; en el momento que dijimos sí a la obra, nada fue un obstáculo”, coinciden al referirse al ser madres de pequeños (y no tanto) y estas contando en temporada cómo es, con sinceridad y sin prejuicios, en una comedia deliciosa, repleta de risas, canciones e historias y situaciones que le son vívidas a cualquier mujer que haya elegido maternar, en sus múltiples formas.
“Es la primera vez que hago teatro en Mar del Plata y estoy feliz de hacerlo con ellas, con Carlos (Mentasti), porque es una obra que disfrutamos mucho en Buenos Aires y tenemos ganas de mostrarla al país desde acá. Es una obra muy hermosa, te divertís, llorás, tiene un mensaje para todos”, asegura Sabrina, encargada de interpretar a Dani, mientras Luly que crea a Maru, si bien tiene experiencia en el verano marplatense y su debut en las tablas fue en la ciudad, ha pasado mucho tiempo desde entonces: “Es una ciudad que me encanta, tiene de todo. Por ejemplo mi beba puede ir a hacer mil cosas y eso está buenísimo. Y a los artistas nos recibe con los brazos abiertos, es un placer”.
Dirigida por Josefina Pieres, con producción general de Valentina Berger (GO Broadway Productions) y Carlos Mentasti, “Madres” es una obra actuada, dirigida y realizada íntegramente por mujeres: el diseño de vestuario por la estilista Mechi Ugarte, la directora vocal y adaptadora musical es Ana Durañona, las coreografías de María Maxwell, Julieta Wager es la encargada de la escenografía, la producción ejecutiva está a cargo de Florencia Blejer y Mina Battista como stage manager.
Madres, despierta los sentimientos del espectador y empatiza sobre el vínculo con reflexiones, música y humor, es una obra hecha por mujeres para mujeres: “Dicen que cuando te convertís en madre, tu vida cambia para siempre. Dicen que los días se volverán largos, pero que los años pasarán volando. Y dicen que esa personita que se adueñará de tus días se convertirá en tu favorita desde la primera mirada.”
Así, de viernes a domingo a las 21:30 en el Teatro Provincial (Av. Patricio Peralta Ramos 2544), este cuarteto de actrices multifacéticas se une para contar parte de lo vivido por muchas mujeres.
-¿Cómo es esto de combinar la maternidad arriba y abajo del escenario?
-VP: Es un tetriz. Mi abuela siempre decía hijos chicos problemas chicos, hijos grandes problemas grandes. En realidad siempre es organizar, ver. Las mamás es cada una a su modo y tengo hijos grandes y quiero ver qué hacen. Ellos ya deciden por sí mismos y como no podés controlar las situaciones, buscás acompañar esas etapas que son muy distintas a las que viven mis compañeras que le ponen más el cuerpo. Yo estoy más tranquila laboralmente pero estoy pensando si comen, si salieron, si volvieron…estás con todas las antenas encendidas.
-FO: Hablamos del tema en la obra y ha pasado en el proceso previo en los ensayos: mientras pasábamos texto, de vernos que una da la teta, a la otra la llaman, etc. Es algo que está latente y que se dio de manera lógica, orgánica y natural y fue tácito que no había que aclarar nada. En un grupo de todas mujeres es la primera vez que me pasa que ser mamá no sea problema para mi trabajo. Acá es hermoso porque nos bancamos entre todas.
-SG: Hemos tenido situaciones varias todas. Nunca faltamos pero vivimos muchas cosas. Vine con ayuda a Mar del Plata pero tengo 3 y la más chica está con una etapa que quiere upa todo el día. Amo mi trabajo, lo puedo seguir haciendo, pero soy mamá 24/7.
-Hoy las mujeres podemos tomar otras decisiones, sin ser tan juzgadas. ¿Sienten que la reflexión viene del público o que aún necesitan recibir muchas personas ese mensaje de “ok, somos madres, somos profesionales y nos pueden pasar muchas cosas buenas y no tanto”?
-FO: esta obra es vigente y necesaria por eso, porque muchos piensan que si sos madre relegás tu trabajo u otras cosas por ese motivo. Y es loco porque para muchas es natural saber que no es así, pero nos ha pasado con el público, ver a hombres incómodos con lo que planteamos y la mujer al lado que se quiere matar porque piensa “están diciendo lo que siento pero sé que él detesta q así sea”. Entonces ahí te das cuenta que la obra sigue siendo necesaria. Hay tantas formas de maternar como mujeres en el mundo. Éstas son características que se pusieron en cada personaje.
-SG: Uno se identifica seas o no madre. Se toca el tema de un lado B desde la realidad: no quedás divina siempre, hay depresión pos parto, te pasan mil cosas….
-VP: “De eso no se habla”. Y la autora con mucha inteligencia, mucho humor –porque no hay nada más inteligente que decir con humor- habla de todas estas cuestiones que se transforman -no solo del cuerpo- cuando estás embarazada y cuando parís. Es un despelote de hormonas, hay desbordes. En esta obra también lo que juega un rol importante es la amistad de estas mujeres que se acompañan, que son una tribu empática y no siempre están de acuerdo una con la otra porque son distintas. Quizás hay alianzas, coincidencias entre algunas, pero en los momentos claves están juntas.
-¿Como madres y como profesionales se han sentido siempre acompañadas o es la primera vez que no sienten que sea problema tener un hijo en medio del trabajo?
-SG: Siempre trabajé, incluso embarazada de cada hijo. Pero si estaba grabando una serie era como que “la situación a resolver” quedaba en el camarín. Acá me pude permitir ser profesional y exponer lo que nos pasa. Acompañarnos y darnos la mano. Y es un placer este equipo femenino.
-LD: Soy la más novata pero también he llegado llorando, las vi llorar, todas hemos tenido situaciones con nuestros hijos en este tiempo, de la vida. Esta obra, al ser todas madres menos Carlos (Mentasti), está todo manejado por mujeres que nos entendemos y es clave. La obra la vi varias veces como espectadora con distintas personas y algunas decían cómo puede ser que pase esto. Mujeres y hombres. Todos resaltaban algo distinto de lo que no se suele hablar. Hay muchas personas que no saben lo que nos pasa porque una no cuenta, o le da vergüenza, etc. Hay muchos temas que están bueno tocarlos.
-¿Hombres ven el público?
-VP: Acompañan, no son la mayoría. Vienen muchas mujeres en grupo y es muy genial y catárquico. Se van sintiéndose tan identificadas con lo que pasa. En Buenos Aires nos esperaban afuera para seguir cantando. Se van con la alegría de sentirse representadas y desdramatizando. Tocamos muchos temitas, son algunos, de muchísimos.
-LD: Es como una terapia de grupo pero en el teatro.
-FO: Se genera una complicidad entre las mujeres de no sentirte culpable, de pensar que no lo disfrutás, que hay cosas que no divierten, que no están buenas. Hay un silencio que muchas tuvimos que tener mucho tiempo por miedo al prejuicio.
-SG: Sin entrar en polémica, siento que cuando los hombres se van a trabajar no tienen todos estos temas en la cabeza. Las mujeres todo y además trabajar. Pero hay hombres que hoy se permiten paternar distinto y está buenísimo.
-Con respecto a lo musical, ¿cómo se sienten en escena?
-LD: Hice otro musical con Flor pero es la primera vez que tengo algo tan exigido; siempre hice más texto. Pero está buenísimo y la gente puede ver otra faceta de una.
-VP: Me encanta el musical. Hice muy poco, algún infantil hace muchos años. Me gustan, los veo, me engancho como espectadora y éste es muy particular porque las canciones son tan parte del texto, se lucen con la escena, con la situación, es natural. No es que “ahí viene la canción”. Es texto cantado, hay cosas que se cuentan en las canciones que son risueñas. Así que hay que prestar mucha atención a todo.