Hace años que Florencia Gómez Gerbi transita por el camino de la industria consciente.
En su búsqueda personal entre el surf, su gran pasión, y la moda, se encontró a sí misma con materiales nobles, naturales, en entornos sostenibles siempre buscando que el proceso de sus productos sea artesanal, respetando los ciclos del crecimiento orgánico de la naturaleza y el trabajo manual y personal, considerado hoy como lujo en el mundo.
De esta línea de pensamiento surge Greenpacha, la marca de sombreros sustentables hechos con la técnica tradicional ecuatoriana que comparte con su hermana Julieta. Su primera marca sostenible con ediciones limitadas.
Hoy atraviesa un nuevo presente, desarrollando su crema de agua de rosas 100% orgánica, realizada con flores de su propio jardín en Chapadmalal.
Todo comenzó a través de los sombreros, poco a poco se fue interiorizando en el arte botánico y emprendió un nuevo camino que ya no tendría regreso.
Contanos un poco vos
Soy de Mar del Plata, y siempre estuve cerca del mar. Siempre sentí una fuerte conexión con el agua. Desde chica nadaba y siempre quise ser surfista. Leía fascinada todas las revistas de surf. El agua y las olas perfectas de Indonesia y la Polinesia tenían un efecto magnético en mi.
Sin embargo, no me animaba a surfear porque no veía muchas chicas que lo hacían.
Después de un viaje a Perú, a mis 23 años, empecé a surfear mis primeras olas. Traje a la vuelta mi primera tabla y después de buscar y buscar, encontré la escuela de surf de Daniel Gil en Waikiki.
Mi formación en Arte es principalmente en danza. Siempre quise trasladar mi danza a las olas, con una impronta femenina, buscar mi propio estilo de surf.
Por Daniel conozco a Lucila y a Roció Gil, y juntas armamos el Club de surf y arte. Nuestro lema era fluir, crear, surfear… al cuál le estamos agregando hoy “crecer”, porque nos volvimos a encontrar en lo que me gusta llamar “ vanguardia de la naturaleza” . Realizábamos eventos donde se combinaban todas las cosas que nos gustaban y en ese tiempo empecé a fantasear con ser embajadora de surf. Después me mudé a California junto a Fernando (Aguerre), donde construimos una vida surfera y fantástica que marcó mucho mi vida. Fue una experiencia única, muy enriquecedora, donde logramos cosas increíbles juntos, entre ellas que el surf sea un deporte olímpico. Creo que mi felicidad más grande fue poder surfear en muchos lugares y aprender muchísimo del mar.
¿Por qué las rosas? ¿Cómo nació tu inspiración?
Viviendo en California, un día en nuestra casa aparece una rosa que yo no había plantado. Era una rosa que tenía un perfume sublime, único. Me llamó tanto la atención que empecé a averiguar cuál era y así descubrí las rosas Double delight. Esta rosa pertenece a la familia de los híbridos del té y sus ascendentes parentales son la variedad de la rosa Granada y la variedad de la rosa Garden Party.
Para ese entonces, yo ya tenía Greenpacha, la marca que fundé y que amo, que también estaba atravesada por las plantas. A partir de ese momento empiezo a soñar con hacer un perfume que tuviera este olor.
Después por cuestiones personales, mi niña, la familia, tras 10 años en California, decidimos volver a la Argentina. Yo seguía con la idea fija con las rosas, quería tener mi propio jardín, que fui creando en este nuevo hogar, y las rosas florecieron.
¿Cómo se da el proceso creativo?
En el 2019 empecé a extraer los pétalos porque sentía que de alguna manera iba a hacer algo con ellos, comenzando por secarlos. Todo fue un ensayo de prueba y error, ya que no sabía mucho sobre el tema, hasta que finalmente encontré la forma perfecta de que conservaran el olor y el pétalo.
En el 2020, en plena pandemia después de estar mucho tiempo en casa, un amigo me sugiere que compre un destilador de extracción de aceite esencial. En la práctica, entendí que era imposible hacer un perfume por la cantidad de pétalos que se necesitaban. Pero surgió el hidrolato de rosas (agua de rosas) de mi propio jardín, así que comencé a inspirarme para hacer algo.
Aunque no logré el perfume aún, continúo en esa búsqueda.
A través de un curso de Fitomedicina, aprendí las propiedades químicas y físicas de cada planta. Aprendí muchísimo sobre las ruedas de plantas. Lo más lindo es que al trabajar con ellas, estamos trabajando con la conciencia de la misma. El camino de las rosas es un camino maravilloso, pero que tiene espinas. Atravesé diferentes etapas al momento de conectar con esa parte de la rosa. Hubo momentos donde me pregunté si éste era un camino para mí o no, pero había una fuerza mayor que me decía que valía la pena atravesarlo. Es como un néctar sublime que me atrae y me proporciona fuerza. De todas formas fue una gran lección de humildad. Trabajar con las plantas requiere eso, dejar el ego de lado para tratar de conectar con ese mensaje que tienen las flores y plantas en general.
Con La Fleur quiero conectar con distintos tipos de flores. Las rosas son la madama de las flores (ríe) y requieren mucha dedicación y atención y yo estoy recién aprendiendo.
¿Qué materiales utilizas? ¿Es un producto para cualquier tipo de piel?
Tuve dos profesoras muy grosas Florencia Fasanella en fitomedicina y Sofía Bisurgi en biocosmética, quienes me pasaron varias fórmulas que pude aplicar y probar, hasta alcanzar la fórmula de La Fleur. La crema está compuesta del agua de rosas que destilo del jardín de casa, aceite de jojoba orgánico prensado en La Rioja, Oliva en milk que es el emulsionante, a base de aceite de oliva, y aceite esencial de azahar. Es un producto sin químicos y totalmente natural.
Ya fue testeada en muchas personas y no tuvo nunca ningún problema con ningún tipo de piel al ser a base de aceite de jojoba, que es el aceite más propicio para todo tipo de piel. De todas maneras siempre es bueno consultar a un dermatólogo.
Si tuvieras que describir Le Fleur, ¿cómo lo harías?
Lo más importante de todo es que a La Fleur lo enmarco en ARTE. Para mí es una expresión artística, una poesía de algo que estoy viviendo en sus diferentes elementos y rosas. No me alcanzan las palabras y lo que siento por ellas. La crema es un encuentro íntimo entre la rosa y tu piel. El tacto y el olfato son los sentidos que más me guían en cuanto a mis elecciones de vida, placer y gustos. Me dejo llevar muchísimo por esos dos sentidos. sumándole la naturaleza mas pura que pueda encontrar.
¿En dónde se consigue La Fleur?
La Fleur se puede comprar por instagram, @lafleur_rose_cream, ya que la enviamos a todo el país.
Llega en una cajita, con pétalos de rosa. También pueden conseguirla a través de Greenpacha. En Mar del Plata, hay algunas repartidas en dietéticas, como Meraki y Aurelia. Otras en Ala Moana.
Para mí es más un trabajo personal, nos gusta que nos contacten personalmente para que puedan contarnos su experiencia y preguntarnos sus dudas sobre la crema.
¿Crees qué hay una nueva conciencia a la hora de hablar de belleza y bienestar de la mujer?
La fleur es una poesía en forma de crema de rosas. Es de edición limitada. Hay solo 500 cremas y recién ahora salen las del 2022 y 2023 porque las rosas empezaron a florecer en primavera. Lo más lindo de este proceso creativo fue el aprendizaje que recibí al tener que esperar las estaciones del año. Sus ciclos no se pueden forzar. Fue una gran enseñanza al ego de la vida moderna en la que queremos todo ya. Y encima el sistema nos está dando ese mensaje erróneo y desconectado de los ciclos de la naturaleza. Por ejemplo, podés comer mango todo el año o frutas que antes solo había en verano. Por suerte con la rosas esto no sucede así que tuve que aprender a esperar. Y en esa espera aprendí mucho. Te lo juro.
Es importante no perder la niña interior y saber cuidarla. Esa fue el primer batch de cremas, voy a haciéndolas de a 20 hasta completar las 500. Cuando alcanzo ese número siento que termine un proceso. Es un trabajo artesanal, soñado, elegido.
La industria wellness está creciendo en el mundo a pasos agigantados, es una aguja que se mueve para que cada uno pueda elegir una vida más sana, más equilibrada, más saludable. El nuevo lujo es vivir mas simple, más conectados con la naturaleza, escuchando el propio cuerpo y disfrutando del minuto a minuto. Menos es mas.
La Fleur es una expresión de pasión por la vida. Cómo no me alcanzan las palabras para explicarla, la poesía toma la forma de una crema de rosas artesanal. Es una poesía íntima que le cuento a tu piel a través de su perfume y su textura. Hoy para mi hacer Arte botánico es un viaje hacia un infinito hermoso, proyectado y pensado con amor.