¿Por qué hay más mujeres que hombres que sufren de ansiedad?
Desde este espacio, junto a la Lic. en Psicología Daniela Rosarno (MP 48.493) buscamos fomentar la búsqueda de nuevas estrategias para combatir el estrés en nuestras vidas y desarrollar resiliencia psicológica.
Empecemos por el principio:
¿Qué es la ansiedad?
Es una respuesta psicofísica que se dispara a partir de la evaluación que hacemos de los estímulos ambientales, que se perciben como amenazantes o peligrosos, junto con la evaluación que, también realizamos, sobre los propios recursos que tenemos o no para hacerles frente, avisandole a la persona que debe adoptar acciones para afrontarlos. Es decir que necesitamos la ansiedad para actuar y resolver situaciones de incertidumbre, nos permite, de este modo, adaptarnos al medio. En nuestra vida cotidiana la experimentamos constantemente, es un error pensar que siempre es patológica.
No obstante, como sabemos, a veces puede causar malestar físico y psíquico influyendo en nuestras relaciones personales y produciendo consecuencias leves, moderadas o graves en nuestra vida. Consideramos a la ansiedad patológica cuando es excesiva frente a la situación que se afronta, también si es la única forma de responder a los estímulos estresores y/o si se sostiene prolongadamente en el tiempo, pudiendo constituir un trastorno de ansiedad.
La diferencia entonces entre la ansiedad normal y patológica implica que esta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza o de los recursos con los que se cuenta para afrontarla.
Uno de los hallazgos epidemiológicos más importantes ha sido descubrir que las mujeres son significativamente más propensas que los hombres a desarrollar un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica, también, que el porcentaje de mujeres que sufren por ansiedad es significativamente mayor al de los hombres.
¿Por qué hay más mujeres que hombres que sufren de ansiedad?
En principio, las mujeres evaluamos de una forma diferente los estímulos estresantes y también nuestras herramientas y/o recursos para para poder hacerles frente. Las mujeres sufrimos más porque tenemos una forma de responder al estrés distinta a la de los hombres. Esta discrepancia en la evaluación y el afrontamiento está ocasionada por factores biológicos, psicológicos, ambientales y sociales.
Cada vez hay pruebas más sólidas de que existen diferencias entre ambos sexos respecto a la anatomía cerebral, la neuroquímica, las fluctuaciones hormonales y los patrones de activación y respuesta a los estímulos ambientales. Como menciona el neurobiólogo Alon Chen en una nota para el diario La Nación, en septiembre del 2022, existe una tendencia mayor de las mujeres de responder con ansiedad frente a situaciones de estrés.
A esto se suma el hecho de que, los factores de estrés son mayores para las mujeres, ya que tienen que asumir distintos roles en el día a día: son madres, hijas, esposas, profesionales, empleadas, entre otras. Suelen llevar a cabo más tareas, responsabilidades y roles, realizan, en general, mucho trabajo doméstico que los hombres y estas tareas no son consideradas “trabajo” aunque son igual de laboriosas. Tenemos más exigencias dentro y también fuera del hogar.
De este modo, hay muchos estímulos que pueden generar ansiedad pudiendo ser distintos, cada una tendrá su propia forma de reaccionar según su psicobiología y otros factores sociales y ambientales, entre los que pueden destacarse la presión profesional, encontrar equilibrio entre vida laboral-personal, la gestión diaria de la familia y de la relaciones interpersonales o de pareja.
La buena noticia es que es más probable que las mujeres manifestemos, expresemos, admitamos nuestros síntomas emocionales y, de este modo, nos encarguemos de atender y resolver los problemas, buscando ayuda y solicitando asistencia médica o psicológica.
En este punto, la terapia psicológica consiste en ayudar a la persona a identificar cuál es el estímulo a resolver que le genera malestar y luego, cuál es el camino más adecuado que debe seguir, ofreciéndole las herramientas y estrategias necesarias para transitarlo, llegando a una meta que beneficie su salud y la de su entorno. A veces también puede realizarse un tratamiento mixto, complementandose con medicación indicada por psiquiatras para disminuir el monto de la ansiedad, allanando el terreno para concurrir a terapia psicológica.
Aprender a transitar las crisis y solucionar los conflictos es el objetivo primordial de la labor psicoterapéutica, como también ayudar a aceptar aquellas situaciones que no se pueden cambiar haciendo que dejemos de poner energía en falso (aumento de ansiedad) y dirigirla a los lugares de donde se está restando.
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@psi.danielarosarno
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El neurobiólogo Alon Chen preside desde diciembre de 2019 al Instituto Weizmann de Ciencias de Israel, considerado uno de los principales centros de investigación básica del mundo. De allí salieron científicos reconocidos con el Premio Nobel, como Ada Yonath, y 7 de los 20 medicamentos más vendidos en el mundo, fueron desarrollados en base a patentes originadas en el Instituto. La investigación de Chen se centra en la neurobiología del estrés, en particular, los mecanismos que permiten al cerebro regular la respuesta a desafíos estresantes y cómo esta respuesta se vincula con trastornos psiquiátricos. De visita en la Argentina para estrechar lazos con la comunidad científico y emprendedora local, habló con LN Bienestar sobre los efectos mentales que ha dejado la pandemia