La sostenibilidad entorno al medio ambiente, prácticas responsables acordes a la situación actual están otorgando mayor valor a las marcas. La industria de la moda se está transformando a la par de dichas necesidades y conceptos. El no al fast fashion y el consumo inteligente están cobrando aún más relevancia.
Apostarle no solo a piezas cuya producción sea consciente, sino también a piezas versátiles y atemporales, que nos permitan darles múltiples escenarios de usos y su magia perdure en el tiempo y sea atemporal es la manera de ganarle al fast fashion, al consumo desmedido y crear una nueva cultura alrededor de los cambios recientes.
La diseñadora de joyas colombiana, Ana Carolina Valencia, es una abanderada de dichas prácticas y con su propuesta de mix and match y su colección de tesoros atemporales ya hace parte de esta nueva cultura de consumo.
El mix and match de la marca consiste en piezas que pueden ser usadas de diversas maneras, permitiendo diferentes momentos de uso, diferentes looks, convirtiendo una pieza de joyería en dos, tres y hasta cuatro piezas diferentes. Esta propuesta está principalmente presente en aretes versátiles que permiten diferentes combinaciones entre sí para formar nuevos modelos.
Los cambios actuales no han transformado el ADN de la marca, por el contrario, la han llevado a destacarse aún más en el mercado, al proponer piezas versátiles y atemporales. Todas sus piezas son elaboradas en filigrana, una técnica ancestral que ha sido aprendida por expertos artesanos y joyeros colombianos, quienes rescatan esta tradicional forma de elaboración de joyas completamente a mano. Además, sus colecciones también incluyen piezas elaboradas en palma de iraca, las cuales son el principal sustento de muchos artesanos en diversas regiones de Colombia, quienes se encargan paso a paso de todo el proceso de producción, desde el cultivo de la palma, extracción de fibras naturales, secado, teñido y tejido de las piezas.
Versatilidad y atemporalidad, estas dos poderosas características que hacen parte del ADN de la marca representan piezas con una gran responsabilidad social detrás y una historia que habla sobre el valioso know how de los artesanos en Colombia.