Pasado y presente, pintura y fotografía lo redefinen con Alquimia Pop
Dueño de un espíritu creativo incansable, Gabriel Machado forjó un apellido que no necesita presentaciones a nivel nacional e internacional. Sus fotografías nos llevaron a conocerlo y reconocerlo como un fundamental, un inspirador en su mundo profesional, pero también en el del modelaje y la gráfica.
Nos acompañó por primera vez con la tapa de Style de Pampita, en diciembre de 2016, luego con Daniela Urzi (su favorita) y desde ahí no hemos parado de compartir momentos, como éste tan particular, que nos encuentra a todos replanteando el futuro, tan incierto para mundos como los nuestros.
De la desazón y la tristeza por ver cómo los medios gráficos y la fotografía profesional han decaído junto con la pandemia, resurgió ese niño y adolescente que fue durante tantos años y que se guardó en un arcón cuando el primer click lo cautivó. Aquel Gabriel previo al ´84 era un artista del dibujo y la pintura. Y de esa fusión entre el que fue y el que es nació Alquimia Pop, su primera muestra en Wosco Art Gallery de Palermo.
“Era un chico muy especial, muy para adentro, en una casa en La Tablada, de gente laburadora. No encajaba mi cabeza de artista lo habitual de mi vida cotidiana obrera. A los 3 años ya dibujaba increíble. De hecho en primer grado me hicieron una prueba para ver si era yo el que dibujaba así. Hasta los 23 seguí dibujando y pintando todo el tiempo” recuerda. Cuando comenzó con la fotografía, “dejé de lado a ese chico y con esta situación que estamos viviendo y la incertidumbre, donde la fotografía bajó mucho con la desaparición de las revistas por ejemplo, el 25 de julio empecé a pensar en mis dibujos. Pensé en por qué no salir al rescate del adolescente y empecé a buscar en mis cajones. Me llamaron las chicas Wosco y me dijeron si quería exponer, pero les dije que no porque eran trabajos que hice a los 14-15. Me insistieron, así que los enmarqué y se están exponiendo. Se despertó el pintor aletargado que estaba en mí”.
-Debemos confesar que lo tuyo es puro talento, vos no estudiaste pintura ni fotografía….
-No estudié nada. Tuve “una secundaria tibia”, de 7. Yo soy más de la imagen. El mundo está dividido entre los eruditos y los hacedores, y soy de los últimos. No necesité nunca lo que necesita un abogado, un escribano, un médico. Soy un creativo y hubiera llegado a lo que llegué sin haber siquiera hecho la primaria porque estoy conectado con el color y lo estético desde los 3 años. Hay que poner energía a lo que a uno le gusta.
-¿Cuáles eran tus sueños cuando pintabas?
-En La Tablada, niño y adolescente, dibujaba y me gustaba mucho el cine de los años 40-50 sobre todo. Ese cine inolvidable de los ´80 para atrás. Los artistas de esos años hicieron todo sin copiar a nadie, como Marlon Brando o James Dean. Son referencias. Dos hombres más perfectos para la fotografía no hubo.
-¿Cuándo te compraste tu primera cámara?
-En el ´85 nos conocimos con José Cicala, pero trabajábamos de letristas, hacíamos las letras en el complejo La Plaza de todos los locales, por ejemplo. En aquellos años no tenía idea de que existían la Vogue o Para Ti Estudiábamos, compramos una cámara Zenit y empezamos a hacer books en el ´93. En esos años había muchos menos fotógrafos para un montón de trabajo. Era el auge de las agencias de modelo. Nosotros empezamos con Ricardo Piñeiro en el ´94. Hicimos su tradicional libro anual. ¡Nos llamó de la nada y no podíamos creerlo! Estaban Mariana Arias, Carolina Peleritti, Daniela Urzi, todas las más grandes de ese momento, haciendo cola en nuestro pequeño departamento para que hagamos las fotos. Y de ahí no paramos más hasta la cuarentena.
-¿Cómo llegás a Cher?
-Por Piñeiro…¡qué época los ´90!! Lucila Polak (ex de Al Pacino) era una modelo de Ricardo, tenía 16 años nada más…es como una hermana para mí. Venía siempre al estudio, hacíamos pruebas. Con el tiempo se casó con Maximo Morrone y tuvo a Camila (actual novia de Leonardo Di Caprio) y se fueron a vivir a Los Angeles. Nos invitaba siempre a viajar y una vez hicimos fotos a una amiga en común de ella y Cher, diseñadora de joyas. Esta mujer se las muestra a Cher y automáticamente le dice que quiere hacer fotos con nosotros. Nos llama a la semana su manager para ver si podíamos viajar y ahí hicimos fotos para “Closer to the truth”, su disco regreso en 2013. Estuvimos 24 horas haciéndole fotos. Fue increíble. Estar en Los Angeles, haciéndole fotos a semejante leyenda viviente. Es una mujer única.
-¿Cómo es para trabajar?
-Amorosa. Fuimos como 13 veces ya. Hicimos también la tapa del disco Dancing Queen tributo a Abba. Viendo nuestra web, nos decía qué tipos de fotos quería en estilo. Es incansable en el trabajo, una genia. Yo no hablo inglés así que con un par de palabras nos entendíamos, pero la pasión es todo.
-Con tus gritos inconfundibles en las sesiones…
– (risas) Al principio todas se asustan, después si no doy mis indicaciones en ese tono se quejan. A Kate Moss le pasó. Le hice unas fotos en Londres donde gritaba como loco. La segunda vez que fui estaban filmando un comercial al lado y me pidieron de la producción que hiciera mis indicaciones en un tono más bajo. Entonces le hacía señas, todo más despacito. Y ella se me acercó y me cuestionó que no estaba con el entusiasmo como el año pasado, que si estaba haciendo algo mal, porque me dijo que mis gritos la motivaban.
-No hay persona con la que hayas trabajado que no tenga en su retina una de tus fotos. ¿Para vos cuáles son los trabajos que más te hicieron tocar el cielo con las manos?
-Las campañas de Ricky Sarkany, de hecho mi foto preferida de todas es una de Dolores Fonzi, con una piedritas, la cual vio Cher y me pidió copiar. Tuvimos que llevar dos bolsas de esas piedritas para hacerla con ella en Los Angeles. Sarkany es un Gucci para nosotros, es lo canchero, sexy, sus campañas con un entorno de amistad y de historia. Son un emblema en el país y las chicas que eligen son íconos del momento. Están en mi corazón esas campañas.
-Los trabajos que has hecho con actores también son muy buenos. Le ponés una mirada muy artística a cada imagen.
-Si ves las fotos de Benjamín Vicuña y comparás con las de Marlon Brando, ese es el camino que me gusta. Tengo carpetas con los principales actores de Hollywood de esos años para nutrirlos, para que vean de referencias de la pose, sexy, varonil. De hecho les pido a los hombres que no se laven el pelo porque tiene una oleosidad natural que para las fotos es muy buena, toman otra textura.
-Retomemos el tema de la pintura, cuya técnica definiste como “Fotura”…
-La palabra surgió ese sábado que estaba con mucha angustia porque tiene que ver con unir mis dos pasiones: la pintura y la fotografía. Es el momento de juntarlas. Porque son imágenes impresas en lienzos y luego los intervengo con oleo.
Me costó mucho sacar al pintor aletargado y gracias a la ayuda de Rodolfo Insaurralde, pintor hiperrealista, tomé unas charlas y en la cuarta clase pude volver a agarrar el pincel, reconciliarme. Fue una emoción muy grande reconectarme después de 35 años.
-¿Qué tenés para decirles a los que están vinculados al mundo del papel, las revistas, la moda y la fotografía que están decepcionados, angustiados con este panorama?
-Primero digo gracias a muchos amigos y conocidos, que supieron que estaba muy angustiado y me acompañaron. Nuestra profesión hace unos cuatro años que ya no es lo mismo. La desaparición de Para Ti para mí fue un puñal. El advenimiento de las redes hizo que lo publicitario fuera por otro lado, por los posteos, por ponerte un jean y que alcance. Las grandes campañas viajando por el mundo desaparecieron. El foco de cómo se plantea una imagen de marca es totalmente diferente. Por ejemplo ahora estoy viendo la posibilidad de vender las fotos como artículos de decoración. Es buscarle la vuelta.
Es difícil dar un concejo real. Estuve meses sin ver una salida y la tenía en una caja al lado de mi cama. Osea, a veces la solución está cerca. Y llega en el momento que tiene que hacerlo. Nunca es tarde. El otro día vi un especial de Da Vinci. Uno conoce lo que hizo él como genio pero tuvo miles de fracasos antes. No es fácil para nadie. Lo importante es estudiarse a sí mismo. Buscar lo que nos gusta. Y si no lo descubrís solo preguntar a los que te rodean qué hacías cuando eras chico, porque ahí estaba la pureza de todos nosotros. Encontrar la vocación es uno de los desafíos y frustraciones más grandes, porque a veces nacés en lugares que no tiene nada que ver con lo que te apasiona. Si mi pasión no hubiera sido tan fuerte, no habría persistido porque mi entorno no tenía nada que ver con el arte.
El arte siempre rescata, siempre te salva y es el único lugar en el que sos realmente libre. El cielo puede ser de cualquier color, las formas de cualquier manera, podés escribir la historia más rara y mágica. Sos libre. Entonces es un buen estado crear y te saca de la realidad que a veces no es tan linda. Un poeta dijo que sus mejores viajes eran entre cuatro paredes: el momento de la creación. Y como dice Woody Allen, la felicidad es estar entretenido.
-¿Te quedó alguien sin fotografíar que te hubiera gustado?
– Charly García. Ha musicalizado mi vida. Yo quedé en Serú Girán musicalmente en mi vida, hasta ahí llegué. Mi familia lo ama y me gustaría hacerle fotos. No es tan difícil pero no se dio. Ojalá alguna vez. He hecho fotos a Cerati, Airbag, Lali, Valeria Lynch, Patricia Sosa, David Lebón, Palito Ortega, pero no a él.
-¿A Al Pacino también?
-Sí, cuando vino a Argentina esos siete días de viaje, estaba pegado a él porque era su nexo en Buenos Aires. Al y Lucila querían que esté con ellos. Estábamos conectados. Es un ser único. No podía creer y sigo sin poder creer las charlas que tuvimos… Nuestras infancias fueron similares y por eso me dijo “a partir de ahora somos hermanos” y casi me muero.
-Por último, a veces hacemos fotos a personas que no nos inspiran previamente pero al tenerlas de frente nos sorprenden…
-Kate Moss cuando la ves personalmente no es despampanante. No descolla. Pero se pone frente a la cámara y te morís. Es magia. Sin tener los atributos de una modelo tradicional, se convirtió en la más importante de su época, porque tiene algo que trasciende. Por ejemplo, a Lola Flores en el NY Times, cuando se presentó en EEUU, le escribieron: “No canta. No baila… No deje de verla”. Hay gente que no tiene que tener los atributos perfectos, sino que tiene algo que trasciende el canon. Como Chavela Vargas por ejemplo, con esa voz quebrada. Es mágico.