“Somos dos laburadoras a brazo partido”
Soledad Silveyra y Veronica Llinás afrontan su primer verano en dos plazas teatrales al mismo tiempo: Mar del Plata y CABA con su gran éxito Dos locas de Remate. Mujeres de oficio, mujeres de comedia, mujeres referentes.
Con el antecedente de un 2021 a lleno total en cada función en Calle Corrientes, Soledad Silveyra y Verónica Llinás llegaron a Mar del Plata juntas para hacer reír durante 80 minutos al público con “Dos locas de remate”, comedia dirigida por Manuel González Gil.
Todos los lunes y martes a las 21 en el Teatro Mar del Plata (Luro 2335), estas dos grandes actrices argentinas pisan la costa bonaerense para compartir con los espectadores humor y ternura, sin dejar de pisar fuerte en CABA ya que continuarán de viernes a domingos en el Teatro Astral.
“La familia sirve para los buenos momentos, para los regulares, para los malos, y para hacer todo aquello que nunca le harías a un desconocido, por miedo a las consecuencias”. Esta lacónica sentencia es la que sostiene la filosofía de “Dos Locas de remate”. La historia narra el reencuentro de dos hermanas que se vuelven a ver las caras después de 20 años en un duelo divertido y desopilante, donde tendrán que superar su pasado para poder tener un futuro, dando lugar a una disparatada tragicomedia que muestra el trasfondo social de las complejas relaciones familiares. “Todos estamos a un paso de la locura”.
“El teatro es un lugar seguro” firma y reafirma Solita al iniciar su diálogo con Style. Si bien está preocupada por los casos covid, es más puertas afuera de la sala que adentro. “Cumplimos con todos los protocolos y el público también, por eso venir al teatro no es para tener miedo, sino para disfrutar como yo disfruto de Mar del Plata”, asegura quien vive la ciudad como “parte de mi vida, de mi infancia, de mi laburo, de mis hijos, es mi segunda casa y una de las mejores fábricas de teatro que tenemos en el país”.
-¿Cómo se ven haciendo temporada en dos lugares al mismo tiempo?
-Soledad Silvayra: Es un poco cansador pero hay que laburar. Ojalá que ninguna nos enfermemos y podamos responder. Es la primera vez en mi vida que hago dos plazas teatrales. Es un desafío a nuestro cansancio porque dejamos la vida arriba del escenario, traspiramos la camiseta de verdad, terminamos muy cansadas. Hay que viajar temprano los lunes, luego se vuelve el miércoles, siempre es una movida. Los nervios de si sale el avión, si no sale…lo típico que se vive cuando trabajás, me pasó con novelas, pero es la primera vez que hago teatro en dos lugares.
-Veronica Llinás: Es un tour de force importante pero estoy contenta porque implica que la obra funciona, que hay trabajo y nos va bien. Y a la vez muy contenta de volver a Mar del Plata, hace más de 30 años que no voy allá, la última vez fue con La Gambas al Ajillo a un bolichongo infame cuando éramos muy inexpertas. Mar del Plata es un lugar que me significa mucho porque pasé mi primera infancia mucho tiempo allá, mi abuelo construyó un edificio frente al golf club y tengo muy lindos recuerdos, esos lugares de infancia hacen mella en uno.
-¿Cómo han visto al público en el 2021 y en el comienzo de la temporada?
-SS: Es llenarnos el teatro, más no le podemos pedir, ese aplauso glorioso que nos brindan, risas maravillosas. Es divino.
-VLL: Tenemos mucha ilusión con el público de Mar del plata, del interior del país. Si bien es mucho trabajo es muy reconfortante.
-Es una obra intensa la que están llevando adelante….
-SS: Son dos locas que no se aguantan. Una desgraciada y pobre diabla que llega, la otra es la triunfadora que es Vero. Comienzan una convivencia insoportable, delirante y realmente muy divertida. Es catárquica para parte del público porque se asemeja a muchas historias.
-VLL: Hay recriminaciones, desconfianzas, secretos, personalidades disímiles pero que en el fondo no son tan distintas. Todo lo que se puede descubrir de alguien cercano supuestamente pero que nunca lo fue hasta determinado momento de la vida. Es un material muy emocional por eso la gente se ríe y se emociona mucho. Muchos nos agradecen porque vienen con sus familiares y es un poco liberador lo que ven. Sienten que saldan algo, que se espejan. No sos solo un divertimento sino un vehículo de la vida que puede ayudar a mejorarla. Es muy lindo.
-¿Cómo es su vínculo más allá del escenario teniendo en cuenta que son personalidades fuertes?
-SS: Tratamos de hablarlo todo. A veces nos puteamos un poquito, siempre que sea por el bien del espectáculo y sabiendo nosotras salir de eso. Somos dos laburadoras a brazo partido. En eso siempre confié, en la calidad de persona de cada una.
-VLL: Con Solita tenemos formaciones completamente distintas y recorridos distintos pero siempre me encantó como actriz, la valoré mucho, nunca se nos había dado trabajar juntas y si bien tenemos escuelas diferentes compartimos una misma obsesión por el trabajo, por la excelencia en el trabajo, estamos abocadas a lograr lo mejor, que sea creíble. La obra es muy disparatada, toca cuerdas que son totalmente locas y difíciles de hacer creer entonces ahí está nuestro desafío. Nosotras vivimos esas cosas disparatadas con enorme seriedad, no nos tomamos la comedia de taquito y es muy importante. Y si bien somos dos mujeres fuertes, celosas de nuestro trabajo, podemos entendernos porque nos parecemos. Yo la respeto, la admiro, siento de ella lo mismo. Eso es ya tener el 60% ganado. Luego está el día a día. Hablamos todas las cosas y si nos tenemos que rajarnos una puteada nos la rajamos. Es lo más sano porque sino empieza a suceder que uno acumula y se aleja del otro. Sucede con la vida misma eso y la distancia que se crea es tan grande que es infranqueable. Para mí una buena puteada a tiempo es muy liberador y es parte de la salud.
-Decías que la comedia no se hace de taquito, vos has pasado por personajes hilarantes, por comedias muy fuertes, ¿cómo ves el género hoy?
-VLL: A mí no me gusta el humor liviano, pasatista, chabacano. Me gusta inclusive el humor políticamente incorrecto, cosa que tiene la obra un poco y sobre todo mis videos en redes, donde menos tengo que responder a nadie. Me gusta el humor picante, hasta que incomoda por momentos. Está pasando algo extraño que no me gusta mucho y que se nota más en el humor: que la gente está muy pendiente de la incorrección política. Y siempre al borde de la cancelación, que si hacés humor de algunas cosas estás en un lado de la grieta…se ha vuelto muy pesado, me inmoviliza un poco. Porque cuando te ubican en alguna parte de la grieta de mierda, los del otro lado te agreden de forma horrorosa. Hay niveles de locura extremos, hay que tener espalda fuerte para aguantarlo. A veces una puede, y otras no. Sentí ese peso. Lo único que sé que soy es feminista, el resto está en tela de juicio, lo político o lo que sea.
-Más allá del teatro, ¿cómo viene el 2022 para uds?
-SS: Estuve filmando en México una película, 50 días, lo pasé muy bien y estoy profundamente agradecida porque me trataron como nunca en mi vida; me quedé absolutamente asombrada. Había ido en el 2006 a hacer “Custodio de Este Amor” y también la había pasado muy bien. Seguro el film saldrá primero allá, ellos quieren debutar en cine antes que en plataforma. Supongo que estará en 8 meses, un año. Hago de una madre que odia a los mexicanos (risas).
-VLL: Tiene que estrenarse la serie “El fin del amor” que hice con Lali Espósito donde interpreto a su mamá, que es en base a una novela de Tamara Tenembaum. También un capítulo de “How to be a carioca” que hice en Brasil con Carlos Saldañas que es un super productor que hizo La Era del Hielo, Río y ahora está abocado a serie con actores. Y luego se viene la serie del escritor Hernán Casciari, “Canelones” que la protagonizo con Darío Barassi, donde interpreto a la mamá del autor y que se está cerrando la inversión por crowfounding, un sistema en que el público participa como productor y es una super herramienta muy buena. Y hay más series y películas dando vueltas.