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El cimbronazo mundial llamado COVID19 no dejó a nadie sin sorprender, humana y profesionalmente. Y la evolución de los cambios y el encierro, ha generado y genera cambios en la psiquis, algunos muy profundos. Los niños y los adolescentes, son los que más sientes las consecuencias y secuelas que les genera esta nueva realidad y entidades como la Organización Mundial de la Salud y Unicef no dejan de poner las situaciones sobre el tapete.
En lo cotidiano, los psicólogos son la herramienta más cercana con la que muchas familias cuentan. Psicólogos y psicólogas que también son mamás y papás que se encontraron con el coronavirus como todos.
Ana Inés Schwab (M.P. 46890) y Antonela B. Mastrangelo Elizondo (M.P. 47970) son Licenciadas en Psicología y especialistas en Terapia Cognitiva Conductual. Style decidió consultarlas para hablar sobre la situación que viven nuestros chicos, dónde no perder el foco de atención y las necesidades que siempre hay que tener presentes para tratar, entre todos, de sobrellevar este cambio “abrupto para la vida cotidiana”, como definió Ana al pensar en la primera sensación que, como mamá y profesional, tuvo aquel 20 de marzo. “Pensaba que iba a durar un tiempo medianamente corto, pero la medida se fue extendiendo y considero que muchos de nosotros hemos sentido sensaciones de caos, angustia, incertidumbre e inseguridad. A medida que van transcurriendo los días, cada uno desde sus posibilidades y recursos intenta adaptarse y reinventarse”, indica.
Antonela, que también se especializa en Abordaje de la Discapacidad en niños y adolescentes, recuerda esos primeros días con “incertidumbre, de no comprender que ocurría, la inquietud de cómo continuar, o qué debíamos hacer. De un momento a otro, los medios y hasta el núcleo familiar, nos invadía con esta temática que arrasaba con todos los esquemas de la humanidad y lo primero que pensé fue… ¿Y ahora?… Nunca hubiera imaginado la dimensión que esto tomaría. Transgredió los límites de la realidad, y nos transformó.”
-¿Cómo fue evolucionando la conducta de los niños con los que trabajan? ¿Por qué algunos presentaron regresiones a la primera infancia? ¿También hay casos en que se dieron reacciones positivas?
-AS: Desde mi rol profesional, al inicio se los observaba más adaptados que los adultos, ya que asociaban esos días a vacaciones, donde disfrutaban tiempo con su familia, realizaban las tareas desde la casa, aprovechaban del tiempo libre. Sin embargo, hoy me encuentro con niños desorganizados emocionalmente, que presentan mayor irritabilidad, desobediencia, más sensibles a la frustración, apareciendo el llanto y el enojo como patrones de conductas que se repiten.
La autonomía personal también se ve afectada, ya que la hiperpresencia de los padres genera mayor dependencia, por ejemplo, a la hora de realizar las tareas escolares. También al momento de generar nuevas rutinas, lo cual afecta directamente la autoestima de los niños.
-AME: En la consulta se escucha a menudo que los efectos que produjo la cuarenta en algunas familias fueron muy desalentadores, los ánimos en los sistemas familiares se hacen notar cada vez más, generalmente ánimos fluctuantes. Los despidos, las vacaciones forzadas, las reducciones de sueldos, la convivencia indeterminada y el encierro, produjo grandes impactos en la dinámicas familiares, y sumado a la alteración en los hábitos cotidianos, los niños comenzaron a evidenciar signos de angustia y ansiedad, trastornos del sueño, irritabilidad, trastornos en el comportamiento y regresiones, como dificultades en el control de esfínteres, conductas esperables dependiendo del desarrollo evolutivo del niño, como también producto de la situación tan ansiógena que vivimos.
Aunque también es importante destacar, que muchas familias me han manifestado que pudieron aplicar diversas estrategias lúdicas y educativas que le permitieron sostener la cohesión familiar. Al estar presentes en la gran mayoría todos los integrantes, la implementación de los juegos de mesa, maratón de pelis, talleres de cocina para los más pequeños, juegos interactivos para los adolescentes, etc., permitió también generar un acercamiento afectivo entre todos los miembros, ya que las rutinas diarias quizás no lo permitían.
-Los chicos con discapacidades o con afecciones como el autismo, el TDAH, según se informa en los medios, son los que mayores dificultades encontraron y encuentran en esta situación.
-AS: Es esperable que los niños con diagnostico con TDAH tengan cambios en el humor, mayor dificultades para regular y controlar sus emociones; además suelen ser más impulsivos, lo cual los lleva a presentar explosiones y conductas agresivas. Otros de los síntomas que aparecen son la desmotivación, el desgano y la ansiedad. Por eso me centro en ayudarlos a que aprendan a gestionar sus emociones, para de esta manera mantenerlas en niveles que sean beneficiosos y no perjudiciales para ellos y la familia.
La orientación a padres y la psicoeducación son intervenciones fundamentales, sobre todo para crear nuevas rutinas que organicen los tiempos mientras estamos en casa. Recomiendo mantener los horarios habituales de sueño y alimentación, de hacerlos participes de las tareas domésticas que puedan realizar según sus capacidades. Es necesario flexibilizar las reglas y los límites, priorizando la comunicación positiva y el reconocimiento de las conductas de sus hijos.
-¿Tuviste situaciones de abuso intrafamiliar o violencia en este período? ¿Cómo pudiste trabajar a distancia estas circunstancias con las familias y los chicos afectados?
-AME: Hace unos días UNICEF evidencio el aumento de violencia domestica contra niños y adolescentes, como también la violencia de género durante la crisis sanitaria. Creo que algunos de los factores influyentes son producto del confinamiento y del estrés intrafamiliar que está presente por algunas de las causas antes mencionadas, como los despidos, las reducciones salariales, y la irritabilidad parental. Como también son influyentes las características de personalidad del victimario. En consulta he notado como las madres y padres manifiestan cierta exacerbación en las disciplinas y castigos que reciben los niños ante los berrinches o el mal comportamiento, produciendo maltrato, violencia psicológica y física por parte de los progenitores. Es importante como terapeuta detectar estos episodios y tomar cartas en el asunto cuando hay sospechas de violencia familiar e intervenir forjando un dispositivo que permita defender los derechos de los miembros que han sido vulnerados.
-¿Cuán importante es para los chicos recuperar la actividad al aire libre?
-AME: Son fundamentales. Correr, saltar, andar en bici, permite el crecimiento cognoscitivo, la descarga y estimulación corporal, la vinculación con pares, la exploración del mundo exogámico, importantísimo para el desarrollo mental y subjetivo. Por supuesto que también hay que saber encontrar el equilibro ante lo que acontece y lo que requieren los chicos, tomar los recaudos necesarios y cumplirlos al pie de la letra favorecerá al cuidado de la salud de ellos y de los adultos.
-AS: Se recomienda diariamente una hora aproximadamente de juego al aire libre para todos los niños, sobre todo con TDAH, ya que necesitan del movimiento del cuerpo para regularse emocionalmente. Dentro de sus hogares los niños con este diagnóstico se muestren más inquietos, necesiten moverse y tocar todos los objetos que tienen a su alcance. Por tal motivo, considero que es importante que tengan cerca diferentes objetos, como pelotitas, bloques o algún juguete para manipular. Especialmente en los momentos que tengan que estar sentados un periodo prolongado de tiempo, por ejemplo, durante una película o en el momento de hacer la tarea.
-Respecto a la vuelta a las escuelas, ¿cuán positiva realmente creen que será teniendo en cuenta que se habla de aulas reducidas, cursadas alternadas, menguar la cantidad de compañeritos, distanciamiento social? ¿Cómo se le explica a un niño que no puede correr en el recreo como antes?
-AME: Estamos ante un terreno aún incierto. Es una temática recurrente entre los docentes y padres de niños escolarizados. Va a ser un gran desafío, no volveremos a la “normalidad” a la que estábamos acostumbrados. Va ser difícil seguramente adaptarnos, pero va a resultar fundamental reforzar el comportamiento de profilaxis, tanto en la casa como en aulas. Estoy segura que los niños comprenderán el valor de llevar a cabo dichas medidas para cuidar la salud.
-AS: Considero que todo lo que se piensa hoy, en términos de prevención de la Salud, es beneficioso pero es inevitable considerar las dificultades que van a ir apareciendo en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños. El contacto físico, sobre todo en los más pequeños, es fundamental para regularse emocionalmente. Como profesionales debemos desarrollar estrategias que le permitan generar recursos adaptativos para lo que va a venir.
-A nivel profesional, ¿cómo cambió su forma de encontrarse con los pacientes? ¿Qué cuestiones prácticas tuviste que cambiar?
-AS: La modalidad virtual al inicio del aislamiento fue la que adquirió mayor importancia. El encuadre terapéutico ha cambiado, a través de la pantalla los objetivos de abordaje debieron ser más flexibles. Luego de varias conversaciones con distintos colegas concluyo que este es un momento en donde, si bien es indicado centrarnos en el síntoma o trastorno, no debemos perder de vista el contexto actual. Y debemos ser nexos entre los modelos de vida anteriores y los nuevos, para poder conducir a nuestros pacientes a la “nueva normalidad”.
-AME: En mi caso, al principio muchos desertaron del tratamiento y la idea de realizar el análisis de forma remota generaba ansiedad para las familias, aunque hace tiempo se trabaja de forma online. Como terapeuta de niños y adolescentes, fue muy enriquecedor conocer los contextos familiares, las dinámicas más íntimas del lugar donde residen, crear espacios lúdicos que integren a hermanos, padres y convivientes me permitió conocerlos aún más. Fue muy fructífero y resultó gratificante tanto para las familias como para mi experiencia profesional.