Hace varios años, desde las páginas de Style, les presentábamos a una de las restauradoras más importantes de nuestro país: Costanza Addiechi. Marplatense, formada en las principales instituciones internacionales y con un paso académico por Florencia (Italia) como el que pocos logran en la materia a nivel mundial.
Por aquel entonces, mientras restauraba imágenes de la Catedral, soñaba con que desde la Municipalidad de General Pueyrredón dieran atención a sus proyectos de restauración, a su sueño de recuperar piezas de enorme valor histórico y pictórico a lo largo y ancho de la ciudad y que, aunque las veamos todos los días, muchos marplatenses no las reconocemos o desconocemos su belleza real y valor.
Hace poco más de cinco años, logró la anuencia municipal para su labor, por la que luchó y lucha “convencida que el trabajo que hoy se lleva adelante era necesario iniciarlo. Las ciudades deben conocer, valorar y cuidar su patrimonio como elemento fundamental de su identidad cultural”.
Hoy, con más de un centenar de piezas restauradas, con los marplatenses viéndola trabajar en cada plaza, en cada espacio donde hay parte de nuestra historia, Costanza se reencuentra con nosotros, de la mano de la felicidad que le brinda su trabajo, “con la serenidad que da la certeza de estar en el lugar correcto, trabajando de lo que amo. El camino de la restauración lo comencé hace 35 años, desde muy chica sabía la profesión en la que deseaba desarrollarme, y es para mí un privilegio poder contribuir a la recuperación del patrimonio escultórico de la ciudad”.
-¿Se han respetado en estos años y desde las diferentes gestiones tus sugerencias y cronogramas de restauración?
-Absolutamente, el compromiso ha sido evidente en todas las gestiones, algo que es muy importante para Mar del Plata porque habla del interés por el rescate de la historia y el cuidado de su patrimonio. Sólo tengo palabras de agradecimiento por el respeto y acompañamiento que me han brindado en cada propuesta que se ha elevado.
-¿Cuántas piezas llevás restauradas?
-Es una pregunta que me hacen habitualmente y debería quizás contarlas para poder dar datos exactos. No tengo un registro cuantitativo de las obras que intervengo, sí puedo decir que son más de 100 y que el impulso cotidiano que siento en la realización de esta tarea me motiva no sólo a seguir con la restauración de los monumentos sino que se amplía a concretar proyectos de recuperación de sitios históricos de relevancia.
-¿Cuál fue la que más satisfacción te trajo y cuál la que más dificultad?
-Puede resultar fantasioso lo que digo pero es real que cada una de las esculturas me ha dado una profunda satisfacción. No veo dificultades cuando el objetivo es claro, siempre pienso que cuando se va a hacer lo correcto los medios surgen y los obstáculos se desvanecen. Me llena de satisfacción ver cómo los materiales responden ante las técnicas que se aplican, después de tantos años de descuido. Tengo la posibilidad de devolverle a la ciudad pequeñas partes de su historia, tal como lucían hace más de 100 años, no hay espacio en el medio de esta acción para considerar obstáculos.
-¿Qué pieza te sorprendió? ¿Hay algunas que no tenías en cuenta y que hayas encontrado en este período?
-Cuando comencé a trabajar para la Municipalidad advertí que no existían registros ni categorías de las piezas escultóricas que formaban parte del espacio público. A raíz de esto, y en paralelo a la intervención técnica, inicié su investigación histórica con el fin de documentar todo aquello que contribuyera a la preservación de las obras, como así también la redacción de ordenanzas que lo normalizaran. Encontré que las esculturas más antiguas de Mar del Plata, y que aún subsisten en nuestras plazas, habían llegado en su mayoría de Europa, de sitios muy reconocidos en el mundo del arte. Las obras en mármol provenientes de Italia, de una destacada galería florentina y aquellas en hierro fundido francesas, de la fundición de arte más importante del mundo. Cada una es valiosa en sí misma por su materialidad, diseño e historia.
-Hay un plan de restauración del paseo costero por venir ¿cómo se introduce tu trabajo?
–Mi trabajo en la Rambla Bristol consiste en la remoción de pigmentos que penetraron en la estructura de las baldosas, tras las pintadas que se sucedieran días atrás en la Plazoleta Armada Argentina. Si bien es un sector que está bajo la jurisdicción provincial nos pusimos a disposición. La Rambla, como todos saben, es un sitio protegido y declarado patrimonio histórico nacional por ello cada acción que se proponga tiene que ser autorizada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos de la ciudad de Buenos Aires. Se envió oportunamente el informe y procedimiento de intervención, a fin de ser evaluados por los profesionales que la integran, y tras su aprobación, junto a la de provincia, se comenzará la tarea.
Con respecto a la intervención de otros espacios, es algo que sumamos a la restauración de los monumentos. Hay sitios con gran valor histórico que por desconocimiento se han ido deteriorando a lo largo de los años, es un tema que debemos poder revertir. Devolver a la ciudad aspectos de su identidad cultural refuerza el sentido de pertenencia que inevitablemente nos conduce al cuidado de lo nuestro.
-Este periodo también te significó el acercamiento a la sociedad, el que te vean trabajando diariamente. ¿Qué recibís de la gente?
-Respeto, cariño, agradecimiento, trabajar en el espacio público me permite la cercanía con la gente y la difusión a su vez de la importancia histórica de las obras. La plaza es para mí el mejor lugar, donde trabajo de lo que amo rodeada de gente que lo valora.
-¿Vas a continuar con las Visitas Guiadas a través de distintas plazas? ¿Qué público se te ha acercado y cuáles son las curiosidades que te expresan?
-Las visitas guiadas han estado orientadas desde el inicio hacia dos públicos diferentes. De marzo a noviembre, en el marco del Programa Educativo Patrimonial, a los colegios e instituciones educativas que lo requieren con otras actividades que se suman a las recorridas. Todas con el objetivo de difundir la historia de Mar del Plata y su patrimonio a fin de concientizar acerca de la valoración y cuidado.
Y por otro lado, en las vacaciones de verano e invierno están dedicadas a marplatenses y turistas en cuatro circuitos por las distintas plazas históricas, siempre de modo gratuito como acciones que ofrecemos desde la Municipalidad. De este modo hemos llegado a miles de personas al año en un trabajo que durante este período se realizó en modo virtual.
Me sorprende ver el interés de los más jóvenes al escuchar las historias, es gratificante ver la respuesta que se obtiene: la energía con la que finalizan las visitas y el compromiso en sus investigaciones son elocuentes.
-¿Cuáles son los planes más inmediatos que tenés para esta temporada?
-Durante esta temporada planeo finalizar la recuperación del “Palco de los Músicos”, escenario original de la Banda Municipal donde tocaba desde 1887 hasta hace un par de décadas. Ubicado en Plaza San Martín, en la manzana frente a la Catedral, estuvo rodeado inicialmente de 18 farolas que por distintos motivos fueron retiradas. Hoy, y tras un arduo trabajo a cargo de personal del Emvial, conseguimos volver a su sitio estas luminarias para comenzar con la restauración. Una obra impensada que pudiera concretarse en el medio de la pandemia. El objetivo es que la Banda pueda tocar en su antiguo lugar, tal como lo hiciera cada domingo desde hace más de 130 años.
-¿Hay alguna pieza o sector que sea tu objetivo próximamente en la ciudad?
-Tengo varios proyectos de relevancia que quiero llevar adelante, que como les mencioné están íntimamente relacionados con el rescate de la propia historia. La agenda está programada para los próximos tres años con propuestas concretas destinadas a recuperar el patrimonio que es todos.